Foto: decoración2.com
Hubo una imagen que me impactó mucho durante mis primeros días en España y fue la protagonizada por una pareja de personas mayores –ella vestida con abrigo de visón y él con una chaqueta de napa- hurgando en la noche, los contenedores de basura. Lo mas curioso fue que parecían divertirse con lo que hacían, escogiendo lo que mejor les convenía, sin inmutarse ante nuestras miradas de asombro. Me pareció incoherente que en una sociedad desarrollada y rica, existan personas de aparentemente buen nivel económico, tengan que buscar residuos para seguir aparentando lo que no eran. Evidentemente, me parecía que algo no funcionaba en los valores de esta sociedad.
Sin embargo tuve otra imagen que también me llamó la atención cuando viajaba en el metro, que fue el de una chica que vestía una falda, cuyo bajo o basta estaba deshilachada, como rota a tirones. Ella lo llevaba feliz, lo que la hacía sin duda original, y que al parecer era su objetivo.
Conforme pasaron los meses, descubrimos lo equivocados que estábamos en nuestras apreciaciones y que tampoco nosotros podíamos resistirnos al encanto de recoger muebles que aparentemente no servían, pero que para nuestro asombro, con solo colocar otro clavo o repintarlo, obteníamos objetos que serían la envidia de cualquier anticuario. Eso sí, no se lo comentábamos a nadie, so pena de ser considerados unos miserables, cuando en realidad lo que sentíamos era una honda pena el tener que dejar tirados en la calle, lo que considerábamos verdaderas joyas.
Con el tiempo pude reconocer que todos teníamos algo en común, que era el compartir una afición muy extendida en España y en Europa que es el RECICLAJE, sea esto de muebles, de ropa, de objetos o de viviendas.
Afición como decía, que sirve para dar rienda suelta a la creatividad, a la originalidad y porque no, al ahorro de muchos euros mientras se las pueda reparar. O como lo pude comprobar por medio de revistas serias de arte y decoración, en forma de verdaderas obras de arte, que se cotizan en varios miles de euros en las ferias de arte moderno. En cuanto a la vivienda, se ha puesto muy de moda utilizar antiguas fábricas, gallineros, contenedores, pajares para transformarlas en preciosos lugares para habitarlas, ofreciendo de esta manera, alternativas al tan mentado problema de la vivienda. De allí incluso me parece que salió la idea de los famosos LOFS.
Los medios de comunicación, entre ellos la televisión, siempre prestos a captar la mayor audiencia y a ofrecer alternativas atractivas de ocio, ofrecen interesantes programas de bricolage y talleres de restauración, motivando a mucha gente no solamente a matar el tiempo libre de forma productiva sino también a crear empresas que les permita ser autónomos en cualquier rama que se desprenda de este inacabable y fascinante mundo del reciclaje. Prueba de ello es una famosa marca que genera cientos de puestos de trabajo además de facturar millones de euros anuales, donde se hacen preciosas joyas cuya clientela, son mayormente los jóvenes deseosos de originalidad, a base de candados, llaves, teclas de ordenadores, clips, cualquier cosa que permita la creación de un adorno. O aquellos famosos almacenes, llenos a rebozar de potenciales carpinteros, donde por un precio cómodo ofrecen alternativas para construir su propio hogar o lugar de trabajo, siguiendo las instrucciones de elaboración así como de diseño.
Cuán interesante sería entonces, inculcar esta afición en nuestros países pobres, para no tener la necesidad de gastar mucho dinero en cosas, muchas veces carentes de belleza y de función y sin embargo muy costosas y también como alternativas de trabajo para no solamente aspirar a ser jefes de personal, políticos, abogados o doctores.
Hubo una imagen que me impactó mucho durante mis primeros días en España y fue la protagonizada por una pareja de personas mayores –ella vestida con abrigo de visón y él con una chaqueta de napa- hurgando en la noche, los contenedores de basura. Lo mas curioso fue que parecían divertirse con lo que hacían, escogiendo lo que mejor les convenía, sin inmutarse ante nuestras miradas de asombro. Me pareció incoherente que en una sociedad desarrollada y rica, existan personas de aparentemente buen nivel económico, tengan que buscar residuos para seguir aparentando lo que no eran. Evidentemente, me parecía que algo no funcionaba en los valores de esta sociedad.
Sin embargo tuve otra imagen que también me llamó la atención cuando viajaba en el metro, que fue el de una chica que vestía una falda, cuyo bajo o basta estaba deshilachada, como rota a tirones. Ella lo llevaba feliz, lo que la hacía sin duda original, y que al parecer era su objetivo.
Conforme pasaron los meses, descubrimos lo equivocados que estábamos en nuestras apreciaciones y que tampoco nosotros podíamos resistirnos al encanto de recoger muebles que aparentemente no servían, pero que para nuestro asombro, con solo colocar otro clavo o repintarlo, obteníamos objetos que serían la envidia de cualquier anticuario. Eso sí, no se lo comentábamos a nadie, so pena de ser considerados unos miserables, cuando en realidad lo que sentíamos era una honda pena el tener que dejar tirados en la calle, lo que considerábamos verdaderas joyas.
Con el tiempo pude reconocer que todos teníamos algo en común, que era el compartir una afición muy extendida en España y en Europa que es el RECICLAJE, sea esto de muebles, de ropa, de objetos o de viviendas.
Afición como decía, que sirve para dar rienda suelta a la creatividad, a la originalidad y porque no, al ahorro de muchos euros mientras se las pueda reparar. O como lo pude comprobar por medio de revistas serias de arte y decoración, en forma de verdaderas obras de arte, que se cotizan en varios miles de euros en las ferias de arte moderno. En cuanto a la vivienda, se ha puesto muy de moda utilizar antiguas fábricas, gallineros, contenedores, pajares para transformarlas en preciosos lugares para habitarlas, ofreciendo de esta manera, alternativas al tan mentado problema de la vivienda. De allí incluso me parece que salió la idea de los famosos LOFS.
Los medios de comunicación, entre ellos la televisión, siempre prestos a captar la mayor audiencia y a ofrecer alternativas atractivas de ocio, ofrecen interesantes programas de bricolage y talleres de restauración, motivando a mucha gente no solamente a matar el tiempo libre de forma productiva sino también a crear empresas que les permita ser autónomos en cualquier rama que se desprenda de este inacabable y fascinante mundo del reciclaje. Prueba de ello es una famosa marca que genera cientos de puestos de trabajo además de facturar millones de euros anuales, donde se hacen preciosas joyas cuya clientela, son mayormente los jóvenes deseosos de originalidad, a base de candados, llaves, teclas de ordenadores, clips, cualquier cosa que permita la creación de un adorno. O aquellos famosos almacenes, llenos a rebozar de potenciales carpinteros, donde por un precio cómodo ofrecen alternativas para construir su propio hogar o lugar de trabajo, siguiendo las instrucciones de elaboración así como de diseño.
Cuán interesante sería entonces, inculcar esta afición en nuestros países pobres, para no tener la necesidad de gastar mucho dinero en cosas, muchas veces carentes de belleza y de función y sin embargo muy costosas y también como alternativas de trabajo para no solamente aspirar a ser jefes de personal, políticos, abogados o doctores.
1 comentario:
que falta nos hace en nuestro pais, empezar a reciclar seria una solucion mas a la contaminacion, ayuda al medio ambiente, y sobre todo genera ahorro y empleo muy buen articulo felicitaciones
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