Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar
una casa, podrá llevar los de un país. Margareth Thatcher
Nadie lo ha visto, pero todos saben que fue él. Cuando
aparece un grafiti ingenioso y que invita a la reflexión, todos saben que fue
BANSKY quien lo ha hecho. Por lo mismo, su obra es esperada con gran
expectación a nivel mundial sobre todo por saber cuál es el mensaje que quiere
trasmitir y qué lugar del mundo ha sido el escogido para dejarlo plasmado, generalmente
entre paredes derruidas o fábricas abandonadas de las grandes ciudades.
Y es que el grafitero es todo un personaje, ya que durante
los últimos años desde que se dio a conocer en Bristol, se han hecho muchas
quinielas especulando quién será el autor que hace los grafitis más famosos del
mundo, tan famosos que hasta han abierto una exposición con 150 de ellos en
Roma, no exenta de polémica eso sí, por cuanto Bansky se ha ganado fama como
grafitero antisistema y muchos piensan que al participar en la exposición de
sus dibujos en un museo, se está contradiciendo con sus ideales.
Pero no por ello dejan indiferentes sus grafitis. Aparte de
la calidad artística, capaz de realizarlos en pocas horas seguramente para
evitar ser reconocido – o conocido más bien dicho- y sobre grandes extensiones, destaca el mensaje
que deja a la sociedad, que tal vez sea esto último, lo que más valora el
público ya que luego del primer impacto, es imposible no reflexionar dichas
imágenes bien con agrado, humor o depresión.
Por lo mismo, famosa es su interpretación personal por poner
un ejemplo, de la foto del fotógrafo Nick Ut, con la niña vietnamita que huye
despavorida del acecho de las bombas, en este caso agarrada de la mano con dos
iconos del capitalismo Micky Mouse y el payaso de Mc Donald, para que
cualquiera lo interprete como mejor lo parezca, así como también la de
Jesucristo crucificado mientras en vez de clavos en su cruz, sostiene unas
bolsas a rebosar de compras. ¿Crítica al consumismo?. ¿A ciertos cristianos incoherentes?. En fin, que
cada cual puede hacer su libre interpretación de sus grafitis, que le han dado
tanta fama a este genial artista
Pero no contento con ello, Bansky se ha lanzado a
materializar ideas no solamente a través de los grafitis sino a través de la
construcción de un original y transgresor Centro de Atracciones llamado “Dismaland”,
cuyo nombre en sí, hacía ya un juego irónico de letras con la archiconocida
“Disneylandia, dando de esta manera, las pautas sobre lo que los espectadores se
iban a encontrar dentro. Los excelentes resultados de taquilla y en número de
visitantes, demostraron que obras como “Las pateras” desde donde se podía
navegar esquivando cadáveres, al igual que lo hacen miles de inmigrantes
subsaharianos que arriesgan sus vidas para llegar al sueño europeo o el
volcamiento de la carroza de la Cenicienta que se podría interpretar como una
crítica a la prensa rosa o a los sueños rotos por ejemplo, dieron fe de ello.
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