"El horizonte está en los ojos y no en la
realidad". Angel Ganivet
De Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), definitivamente
me atrae más como dibujante que como pintor y me he convencido totalmente de
ello, desde que se lo ha comenzado a considerar como el primer cronista de
guerras de la historia, gracias a algunas pinturas así como también, a 82
grabados que narran la guerra de independencia española frente a la dominación
francesa entre los años 1808 y 1814, detallando en las mismas, toda la crudeza de
dicha contienda.
Ya me había impresionado en un principio su
genialidad y originalidad para con el lápiz y el papel cuando vi una exposición
suya en el museo del Prado en que destacaban “La pulga” que mostraba a una
mujer que buscaba una pulga entre su ropa, “Viejo en columpio” y otros de
enanos que, mediante trazos seguros, limpios y simples, sin ningún atisbo de
duda, Goya de espectador, captaba los momentos para, -probablemente en cuestión
de segundos- plasmarlos luego en el papel.
Como decía anteriormente, se lo ha llegado a
considerar el primer cronista de guerras ya que en dichos grabados que fueron
expuestos en la serie “Los desastres de la guerra”, así como también en su
pintura “Los fusilamientos del 3 de mayo”, sacó a relucir las atrocidades cometidas
durante aquel conflicto, así como también, dejó planteado su compromiso social al
denunciarlas con todo el realismo que le fue posible.
Fue el general Palafox, defensor de esta guerra,
quien invitó a destacados pintores y dibujantes -entre ellos a Goya-, para
reflejar los daños a los principales edificios de la ciudad de Madrid y aunque,
-según leí en dicha exposición-, parece que Goya no estuvo físicamente en
ninguno de los escenarios, sin embargo, fue capaz de dibujarlos con todo su
realismo como si hubiese sido testigo directo, según le iban contando y en base
a sus propias experiencias personales al haber observado las consecuencias de
tal terrible acontecimiento.
El mérito de Goya además está, en que antes, se
ensalzaban las guerras y batallas a través del arte, mostrándolas épicas o
gloriosas, mientras él, cambió esta visión hacia la denuncia social que conlleve
a concienciar a la población de las causas y las consecuencias de las guerras, reflejando
por ello también, su frustración personal y su impotencia ante ellas.
Sin duda, vale la pena revisar dichos dibujos para
concienciar del absurdo del odio entre los seres humanos y constatar además, que
Goya en verdad, fue un adelantando de su tiempo y seguramente, inspiración para
futuros cronistas de guerra.
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