Si puedes hacer reír a una mujer, puedes
hacer cualquier cosa. Marilyn Monroe
Lamentablemente, conocí de la existencia del afamado y
prestigioso neurólogo doctor Oliver Sacks pocos meses antes de morir éste de
cáncer a los 82 años, gracias a unas preciosas reflexiones que los publicaba
semanalmente en un diario y pese a que, años atrás, una película basada en un
libro suyo publicado en 1973, “Despertares” interpretado magistralmente por Robin
Williams y Robert de Niro, lo había lanzado a la fama al recrear el curioso
caso de un grupo de pacientes siquiátricos que habían permanecido en coma casi
toda su vida y que al serles subministrado un medicamento, el L-Dopa se
“despiertan” y comienzan a comportarse de una manera normal.
Luego del estreno de dicha película, Sacks publicó varios
libros más, acrecentando aún más su fama y sería también por ello, que despertó
el interés por la siquiatría y la sicología en todo el mundo que,
particularmente en España, prestigiosas revistas los incluyen dentro de sus
segmentos semanales evidentemente, con mucho éxito.
Sacks, nacido en Inglaterra, hijo y hermano de médicos y
emigrado a EEUU en los 60’ es considerado el padre del “neurorelato” es decir,
que escribe acerca de enfermedades neurológicas pero de una manera amena y
entendible, haciendo que se los disfrute sin necesariamente, ser un profesional
de la medicina. Él mismo, ha reconocido que sus neurorelatos son inspirados en
las anécdotas clínicas del siglo XIX y que hablan además de sus propias
experiencias personales plasmadas en los libros “Migrañas”, “Alucinaciones” basado
en su propia experiencia con las drogas y “Con una sola pierna” que la escribió
mientras convalecía luego de un accidente en la montaña.
En las siguientes publicaciones, ya comparte casos de
pacientes suyos quienes han dado su autorización para que sean publicadas, al
considerar que Sacks los respetaba como tales, particularmente la esposa del
famoso doctor P., protagonista de “El hombre que confundió a su esposa con un
sombrero” quien adolecía de una extraña enfermedad la “Prosopagnosia” que es la
incapacidad parcial o total de reconocer estímulos u objetos visuales como caras
o que las veía donde no las había, provocándole situaciones embarazosas,
molestas y hasta cómicas. El doctor P. en determinado momento, por ejemplo, se
olvida que su esposa está a su lado y la confunde con su sombrero.
En cuanto a mi apreciación personal de dicho libro me
encantó el caso de unos gemelos quienes, mediante ejercicios matemáticos,
prácticamente lograban tener una comunicación telepática, sin dirigirse casi ni
una sola palabra entre ellos.
Los libros del Dr. Sacks en general, ahondan en algunas
enfermedades raras que, sin embargo, afectan a millones de personas en el mundo
y que más allá de las posibles curas que pudieran existir, le interesa más del cómo
dichas enfermedades pueden afectar a la vida diaria de estas personas y del
entorno que le rodea. Por ello, profundiza en el lado derecho del cerebro que
es donde se establece la relación de la persona con la realidad.
Oliver Sacks, como persona también despertaba cierta
fascinación entre el público puesto que, además de ocupar cargos importantes
relacionados con su profesión y que sus obras hayan sido adaptadas al cine, el
teatro y la ópera, en su juventud había sido un hombre bastante atractivo, una
suerte de Marlon Brando de la época y que, en su madurez, se había declarado
abiertamente homosexual pese a que no tenía pareja y vivía en celibato desde
hace unos 30 años por lo menos.
Por último, como profesional de la salud, una de las frases que más me gusta de este doctor
es la siguiente: “La ciencia empírica, el empirismo, no tiene en cuenta el
alma, no tiene en cuenta lo que constituye y determina el yo personal.”
2 comentarios:
La obra de Oliver Sacks es admirable por su sensibilidad, por el modo en que recrea los padecimientos de los pacientes que acuden a él y por cómo entiende y empatiza con estas situaciones. Todos sus libros son muy recomendables.
Así es, Gonzalo. Es una visión novedosa de cómo entender las enfermedades mentales. Gracias a él empatizamos mejor con los enfermos. Gracias por comentar.
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