Averroes
Maimónides
Nunca perdáis el contacto con
el suelo, poque solo así tendréis una idea aproximada de tu estatura. Antonio
Machado
En un viaje
de placer realizado a Córdoba, me llamó la atención las esculturas de dos
personajes que luego me informaron se trataban del judío Maimóneides y del
musulmán Averroes y me interesé por saber un poco más de ellos y del por qué
ocupaban un sitial importante dentro de la arquitectura urbanística de dicha
ciudad.
Leyendo
entonces, encuentro publicaciones que dicen textualmente que estos personajes fueron unos
importantes filósofos que surgieron en medio de la maravillosa convivencia de
las tres culturas árabe, judía y cristiana en la Córdoba del siglo XII la misma
que arrastraba consigo, luego de cuatro siglos de civilización Al Andalus, un
gran bagaje cultural, intelectual, poblacional y económico hasta el punto de ser
considerarla la joya más importante de la Europa árabe occidental de dicha
época, representada en su máxima obra arquitectónica: la Mezquita.
En el caso
concreto de Maimónides, aparte de filósofo fue también un reconocido médico que
nació en 1135 y que se sintió orgulloso de sus raíces hebreas ya que recibió
las enseñanzas en humanidades y religión hebreas. Ante la llegada del ejército
almohade tuvo que huir de Córdoba con toda su familia primero hacia Granada,
luego a Almería y después a Fez donde completó su formación científica,
filosófica y teológica y desde donde comenzó a escribir sus primeros libros
especialmente poesías religiosas hasta instalarse definitivamente en El Cairo,
ciudad donde llegó a ser Naggid o príncipe de los judíos.
En El Cairo
enseñaba filosofía y ejerció la medicina atendiendo a sus pacientes, la mayoría
gente pobre. Por lo mismo se lo consideraba un santo. En ese período escribió
“La guía para perplejos” donde plasma su pensamiento filosófico y es
considerado el libro más importante después de la escritura por lo que fue
llamado “el segundo Moisés” del pueblo hebreo.
Murió en
Egipto y siempre se consideró un sefardí.
Averroes por
su parte, fue uno de los grandes pensadores del Islam. Profesor, estudioso de
humanidades, derecho islámico, medicina y filosofía. Fue nombrado Cadí de
Sevilla, Cadí mayor y medico principal de la corte almohade. Tras una ola de
fanatismo integrista islámico fue acusado injustamente, sus obras prohibidas y
desterrado a Lucena durante dos años. Luego el Sultán lo perdonó y se lo llevo
a Marrakech.
Ha escrito
84 obras científicas, jurídicas, medicas, filosóficas y teológicas legalmente
reconocidas. Sus reflexiones filosóficas escritas en árabe se perdieron pero,
gracias a que fueron traducidas al hebreo y al latín pudieron llegar sus libros
al medievo cristiano suponiendo un gran impacto intelectual que lo llegaron a
acusar incluso, de blasfemo y ateo. Su obra más conocida es “El gran
comentario”.
Amaba mucho
a su tierra Córdoba y a su gente a quienes consideraba los más inteligentes, en
cambio fue muy duro con los tiranos especialmente con los de su época. Analizó
la dialéctica del amo y del esclavo de origen platónica que luego Hegel la hizo
famosa y además, que fue el primero y acaso el único que denunció la situación
de las mujeres en la época a las que las comparaba con las plantas ya que no se
las permitía hacer nada impidiendo de esta manera, su realización personal y
social. Creía en la solidaridad y la vida en comunidad.
Murió en
Marrakech a los setenta y dos años a consecuencia de una artritis por fiebre
reumática.
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