"Enamorarse es amar las coincidencias; amar es enamorarse de las diferencias". Jorge Bucay
Ecuador vive uno de los momentos más raros y tristes de su
historia, con la delincuencia a niveles nunca vistos, el desempleo, la
inseguridad y el pesimismo presente en los rostros de la mayoría de sus
ciudadanos. Ante la inseguridad, particularmente, el clamor compresible de la
gente que ha llegado a pedir que se vuelva a los años de balas e irrespeto a
los derechos de las personas, creyendo que, eliminando gente o encarcelándolos,
el país volverá por la senda del desarrollo. Pero yo, siempre que puedo, invito
a reflexionar sobre ese pedido sugiriendo que solamente cumpliendo las leyes y
la constitución, se puede dar el castigo que se merece a los delincuentes y se
puede poner en orden el país.
Aún así, por otro lado, también invito a que reflexionen del
porqué muchos ecuatorianos son solicitados y son buenos
trabajadores en otros países, y la respuesta es, claro está, en el TRABAJO
DIGNO.
Es decir, el trabajo por el que reciben un salario digno, por
el que son afiliados a la seguridad social, por el que tienen derecho a sus
vacaciones, a una indemnización, a una segura jubilación, por el que se sienten
productivos y realizados como personas, de tal manera que, no es solución tirar
a matar, sino más bien, crear condiciones para fomentar el empleo, para crear
un ambiente para la inversión y para la creación de empresas y microempresas.
Y luego de visitar algunos países y buscar un lugar donde
comer, constato que muchos de ellos -los más turísticos y famosos- tienen poco
que ofrecer en ese aspecto y de ese poco, muy caro. Es por ello, es que pienso en
la falta de interés por parte de las autoridades en fomentar el empleo desde el
turismo gastronómico, por ejemplo, ya que el Ecuador goza de una riquísima
cultura culinaria, con platos laboriosamente preparados, pero muy sabrosos y
únicos en el mundo, lo que generaría empleo de calidad y una deliciosa alternativa
no solamente para los turistas extranjeros, sino también, para los nacionales.
Pero parece que a nadie o a pocos les interesa, puesto que, por lo que se ve, toca
preguntar donde hay un lugar seguro y cómodo en precios para comer, porque aventurarse puede significar algunos días en el hospital o con los bolsillos
resentidos.
En mi experiencia personal, es triste constatar que en
Londres, es famoso solamente el chips and fish; en Viena, el lomo de cerdo
rebozado con una rodaja de limón, plato estrella que ofrecen los grandes
restaurantes a precios prohibitivos; o, en el caso de Italia, las pizzas o la
pasta. Lógicamente, ya entran dudas en cuanto a consumir algún tipo de carne
porque en España, indudablemente, lo encontramos de gran calidad y a buenos
precios, debido a que han sabido aprovechar esa tradición culinaria, llegando a ser
mundialmente conocida por su gastronomía, potenciada con grandes y prestigiosos
chefs que hacen que sea una de sus principales fuentes de ingreso y de creación
de empleo.
Así mismo, está comprobado que normatizando y regulando el
funcionamiento de los lugares de expendio de estos productos, es como se
garantiza la calidad y la variedad, ya que fomenta la competitividad y la
creatividad. La competencia desleal, con grandes franquicias y restaurantes
lujosamente decorados, eleva los precios y permite que acudan solo
privilegiados, mientras que, con asesoramiento y ayudas por parte del estado
también para el pequeño empresario, permite que pueda ofrecer un producto no solamente sabroso, sino también en
condiciones aceptables, con garantía sanitaria y, lo que es más importante, lograr
un salario digno que le permita sentirse útil y no recurrir a la delincuencia
para sobrevivir.
Esperemos que, esta lógica, pero indudablemente productiva
sugerencia, sea tomada en cuenta, ya que para los expatriados, es desesperante
recibir solamente noticias tristes de parte del Ecuador donde tenemos
familiares y amigos.
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