jueves, 27 de junio de 2024

EL SEXO EN LOS MEDIOS

 


"VIVE DE TAL MANERA QUE TU MUERTE RESULTE ESCANDALOSAMENTE INJUSTA". Javier Gomá

Hace algunas semanas, el actor Antonio Resines respondía a una pregunta realizada por el entrevistador, quien le cuestionaba el sorprendente final de la exitosa serie que protagonizaba, Los Serrano y lo justificaba diciendo que tuvieron que darle fin a la serie, porque ya estaban cansados de ofrecer tantos capítulos de sexo y que ya no tenían más argumentos que ofrecer.

Esta respuesta, a mi modo de ver, puso sobre el tapete el manejo del tema del sexo por parte del cine, la televisión y los medios de comunicación en España en concreto y en todo el mundo, en general.

En lo personal, cuando vine por primera vez a este país, me significó un choque brutal en lo cultural, ya que provenía de una sociedad extremadamente conservadora como la de Quito, a una bastante liberal como es la española.

Los anuncios en los periódicos de servicios de sexo a domicilio como si fueran anuncios de alquileres de pisos -por ejemplo-, la presencia imágenes sexuales en un buen número de los programas de televisión, así como revistas supuestamente dedicadas a los adolescentes que, como no podía ser de otra manera, contenían bastante información que incitaban a las relaciones sexuales y a la infidelidad, se convirtieron en la tónica diaria a convivir en el nuevo país.

No obstante, por una parte, me parecía positivo por cuanto la información resulta fundamental para evitar embarazos no deseados en los jóvenes al existir, como en el caso de Ecuador, un alto índice de embarazos no deseados en adolescentes, con las consecuencias sociales y económicas que derivan de esta problemática. Pero, por otro lado, me daba la impresión que la información era unidireccional y excesiva a tal punto de considerar que, más bien, parecía una intensa campaña para inocular en los jóvenes y en el resto de la sociedad, una forma liberal y permisiva de entender el sexo y las relaciones sentimentales, de tal manera que, en pocos años, se ha ido normalizando en los medios la presencia de varios tipos de preferencias sexuales a tal punto que éstas, pueden involucrar a varias personas a la vez o, de diversos tipos de géneros que ya son parte de la vida diaria, como el hecho que ha resultado ganador del festival de Eurovisión una persona no binaria, es decir, un individuo que no se siente ni mujer ni hombre.

Si bien es cierto, en determinado momento hubo la necesidad de normalizar este tipo de tendencias sexuales ya que, según me he ido enterando, anteriormente en la dictadura franquista, por ejemplo, hubo muchas mujeres infieles a sus parejas u homosexuales que ingresaron a las cárceles por el mero hecho de serlo, así como también, la necesidad de esta gente de expresar sus sentimientos sin ser señalada o discriminada, que me parece bien, pero que también es excesiva ahora su presencia que, como decía anteriormente, parece una campaña dedicada a exponerlos a como dé lugar.

Por la misma razón, la presencia de argumentos en series juveniles que están centrados solo en el sexo, ha provocado que hace algunos años, una serie famosa fuera vetada en Italia, ya que sus protagonistas se acostaban entre ellos, es decir, entre alumnos, entre profesores, entre padres de familia, luego entre alumnos y profesores y viceversa, es decir, todos contra todos.

Argumentos vacíos que, al parecer, ni en Hollywood se salvan.

Lo digo porque, en televisión, trasmiten frecuentemente una película protagonizada por la famosa Amanda Seyfried y que cuenta de una chica que se queda huérfana de padre y madre a los 12 años y que, de adulta, conoce e un chico bueno que la amaba y la consideraba, pero que ella no lograba superar el trauma de haber perdido al padre, principalmente, por lo que se involucra en una espiral sin freno de sexo con varios hombres para terminar, supuestamente, reivindicando el encuentro consigo misma, volviendo a la normalidad y con el chico que la amaba.

Así mismo, hace unas semanas nos llevamos un gran decepción viendo la película de Emma Stone que, incluso ganó el Oscar por esta película, Pobres criaturas, con un argumento, así mismo, facilista, donde el sexo fluye sin sentido ya que la protagonista a manera de un Frankenstein femenino, es revivida con el cerebro de un niño por lo que tiene que empezar a hablar y caminar nuevamente, para luego, en el cénit de su aprendizaje, vivir algunos años de sexo desenfrenado en un prostíbulo francés y regresar finalmente a casa para llevar una supuesta vida normal.

Si bien es cierto, en mis libros también abordo el tema del homosexualismo y la infidelidad, al ser temas que están presentes en el diario vivir, al menos intento hacerlo dentro del respeto que se merecen como seres humanos sus protagonistas, sin caer en el facilismo de reducirlos a sus órganos sexuales o a ser personajes pintorescos, sino concomitantes con los argumentos de las obras.

Una película, un libro o una serie sin argumento más que el sexo sin sentido, indudablemente provoca hastío y decepción cuando yo creo, más bien, que debería tratarse con respeto a su realidad.

No hay comentarios: